miércoles, julio 05, 2006
La Biología Desencadenada
El Universo es física y química. Estudiamos el universo mediante las matemáticas.
¿Pero cual es el sentido de la física y la química? ¿Que es la lógica o que es el algebra? En último térimno que son las matemáticas?. Como decían los guerreros del pasado ¿Que es la espada, sin la mano que la maneja?
En el universo puede que haya física y química, esto es poco importante en realidad. Si las hay o no las hay, poco importa mientras no sean utiles a la hora de observar y de pensar. Pero si que hay algo que no podemos negar: Hay biología.
Rene Descartes fue genial cuando dijo: "Pienso luego existo". Fue genial porque en su desistir a razonar, razonó verdaderamente. ¿Que sentido tiene preguntarse si existes, cuando ya lo sabes por tí mismo, por tu propía consciencia? Para mí, Descartes definió en esa frase el sentido correcto de lo que podemos afirmar que verdaderamente existe.
Muchas personas estudian la biolgoía desde la física y la química. Por supuesto que se puede afectar a un sistema vivo mediante física o mediante química, simples técnicas quizá, pero indudablemente efectivas. Sin embargo, aquí y ahora defiendo un nuevo estatus para la biología: Que no es física ni es química, aunque sus moldes y su espacio-tiempo se definan en estas coordenadas, la biología es una ciencia emergente con sus propias leyes: El pensamiento, el lenguaje, la evolución hacia formas diversas y la generación de ecosistemas, el funcionamiento interno y en comunidad de la célula mediante módulos y circuiterías semántico-moleculares (que no bioquímicas)... Todo esto promete un futuro maravilloso para esta ciencia.
La Biología Desencadenada: Nuestra verdadera y quizá unica ciencia en tanto en cuanto somos seres vivos. ¿Que es la química o la física, más que una idea sencilla que un día tuvo un simple organismo? Pero la biología no es una ciencia inventada, es nuestro intento y nuestra lucha por comprendernos y conocernos a nosotros mismos. Si la física y la química son como son, tal y como estan formalizadas, se debe más a nuestra biología que al revés. Es descabellado pensar (aunque intuitivo) que nosotros somos como somos, que nuestra biología es como es, porque la fisica y la química así lo dictan. Es un pensamiento reflexivo, por tanto absurdo.
Pero la biología si que esta aquí y ahora. Si que es real en el universo. Esta en nuestro universo porque somos nosotros, los seres vivos, rales por propia definición. El resto son historias que nos contamos los unos a los otros, con mayor o menor éxito sociológico o tecnológico.
¿Pero cual es el sentido de la física y la química? ¿Que es la lógica o que es el algebra? En último térimno que son las matemáticas?. Como decían los guerreros del pasado ¿Que es la espada, sin la mano que la maneja?
En el universo puede que haya física y química, esto es poco importante en realidad. Si las hay o no las hay, poco importa mientras no sean utiles a la hora de observar y de pensar. Pero si que hay algo que no podemos negar: Hay biología.
Rene Descartes fue genial cuando dijo: "Pienso luego existo". Fue genial porque en su desistir a razonar, razonó verdaderamente. ¿Que sentido tiene preguntarse si existes, cuando ya lo sabes por tí mismo, por tu propía consciencia? Para mí, Descartes definió en esa frase el sentido correcto de lo que podemos afirmar que verdaderamente existe.
Muchas personas estudian la biolgoía desde la física y la química. Por supuesto que se puede afectar a un sistema vivo mediante física o mediante química, simples técnicas quizá, pero indudablemente efectivas. Sin embargo, aquí y ahora defiendo un nuevo estatus para la biología: Que no es física ni es química, aunque sus moldes y su espacio-tiempo se definan en estas coordenadas, la biología es una ciencia emergente con sus propias leyes: El pensamiento, el lenguaje, la evolución hacia formas diversas y la generación de ecosistemas, el funcionamiento interno y en comunidad de la célula mediante módulos y circuiterías semántico-moleculares (que no bioquímicas)... Todo esto promete un futuro maravilloso para esta ciencia.
La Biología Desencadenada: Nuestra verdadera y quizá unica ciencia en tanto en cuanto somos seres vivos. ¿Que es la química o la física, más que una idea sencilla que un día tuvo un simple organismo? Pero la biología no es una ciencia inventada, es nuestro intento y nuestra lucha por comprendernos y conocernos a nosotros mismos. Si la física y la química son como son, tal y como estan formalizadas, se debe más a nuestra biología que al revés. Es descabellado pensar (aunque intuitivo) que nosotros somos como somos, que nuestra biología es como es, porque la fisica y la química así lo dictan. Es un pensamiento reflexivo, por tanto absurdo.
Pero la biología si que esta aquí y ahora. Si que es real en el universo. Esta en nuestro universo porque somos nosotros, los seres vivos, rales por propia definición. El resto son historias que nos contamos los unos a los otros, con mayor o menor éxito sociológico o tecnológico.
sábado, marzo 04, 2006
Cuando el hombre sintiente se hace animal pensante: Del guerrero al esclavo
Es posible que algún lector haya apreciado la inclusión del camino del guerrero entre las bases filosóficas del Analandés. Es posible que no este deacuerdo.
El camino del guerrero occidental y el del guerrero oriental son los dos caminos civilizados más reconocidos por la Historia (bélica) y el Arte (marcial). Por lo que son afluentes últimos del camino marcial moderno.
Gran cantidad de pensadores evitan cultivar su naturaleza humana al descuidar su atención sobre el camino marcial. Esto es un error por diversas razones, de las que citare solo dos:
Pero aquí, justificaré su inclusion innegable como base filosófica con una frase final:
Si un hombre ha vencido a mil hombres y otro se ha vencido a si mismo, este último es el verdaderamente fuerte.
Muchos grandes pensadores tienden a ser esclavos de su propia interpretación del mundo. Es fácil apreciarlo al leer sus obras. Deberían haber enfrentado su Yo pensante a su Yo sintiente, y haberse derrotado. De esta forma es posible convertirse en verdaderos maestros y dejar de ser simples seguidores. Recuerdo que todo esto se desarrolla mejor en este otro post.
He ahí la importancia del camino del guerrero en la filosofía. Buscar la sinceridad en los sentimientos y la eficacia en el pensamiento, de otra forma inalcanzables convenientemente.
Solo así la guerra es una solución, aceptando que en tanto somos seres vivientes, existirá el conflicto marcial y el guerrero debe ser capaz de solucionarlo y no de empeorarlo. Esta es la clave para comprender al ser humano como lo que es y como lo que no es.
El pensamiento no es la persona, solo es el funcionamiento de un órgano sin significado personal.
La persona es el sentimiento.
Entrenar el cuerpo y la mente para comprender la naturaleza y ser efectivos a la hora de luchar contra los sentimientos nocivos propios y protegerse de los ajenos, es la auténtica Vía Marcial.
El camino del guerrero occidental y el del guerrero oriental son los dos caminos civilizados más reconocidos por la Historia (bélica) y el Arte (marcial). Por lo que son afluentes últimos del camino marcial moderno.
Gran cantidad de pensadores evitan cultivar su naturaleza humana al descuidar su atención sobre el camino marcial. Esto es un error por diversas razones, de las que citare solo dos:
- Sin entrenamiento marcial uno no llega a conocer el significado de su existencia, pues la causa de la vida es la supervivencia y ésta implica la victoria de unas estrategias frente a otras y por tanto, es inseparable de la naturaleza, no solo humana, si no viviente.
- Sin recursos marciales, el cerebro se torna caprichoso y olvida que no todo lo que se piensa es válido y esto envenena o cuando menos elimina la efectividad del pensamiento.
Pero aquí, justificaré su inclusion innegable como base filosófica con una frase final:
Si un hombre ha vencido a mil hombres y otro se ha vencido a si mismo, este último es el verdaderamente fuerte.
Muchos grandes pensadores tienden a ser esclavos de su propia interpretación del mundo. Es fácil apreciarlo al leer sus obras. Deberían haber enfrentado su Yo pensante a su Yo sintiente, y haberse derrotado. De esta forma es posible convertirse en verdaderos maestros y dejar de ser simples seguidores. Recuerdo que todo esto se desarrolla mejor en este otro post.
He ahí la importancia del camino del guerrero en la filosofía. Buscar la sinceridad en los sentimientos y la eficacia en el pensamiento, de otra forma inalcanzables convenientemente.
Solo así la guerra es una solución, aceptando que en tanto somos seres vivientes, existirá el conflicto marcial y el guerrero debe ser capaz de solucionarlo y no de empeorarlo. Esta es la clave para comprender al ser humano como lo que es y como lo que no es.
El pensamiento no es la persona, solo es el funcionamiento de un órgano sin significado personal.
La persona es el sentimiento.
Entrenar el cuerpo y la mente para comprender la naturaleza y ser efectivos a la hora de luchar contra los sentimientos nocivos propios y protegerse de los ajenos, es la auténtica Vía Marcial.
viernes, marzo 03, 2006
La espada de una nueva era
El Universo ha evolucionado durante miles de millones de años. Le pido al lector que dedique un simple minuto de su tiempo a intentar imaginar esa magnitud.
La materia viva ha estado recorriendo la Tierra 4,500 millones de esos años de historia física del Universo. Una cantidad de tiempo del orden de la que intentamos imaginar antes. Tiempo dedicado completa y exclusivamente a la supervivencia biológica. La evolución biológica se caracteriza por poseer una memoria progamable y por funcionar mediante la potencia del ciclo de las estirpes.
Los seres humanos existimos desde hace al menos 2 millones de años. Considero que es apropiado entender como primer ser humano al primer homínido inteligente. Entonces el número de especies humanas diferentes que potencialmente hemos poblado la Tierra pasaría a ser un número atroz. Quizá de cientos o de miles de tipos distintos de primates inteligentes y no necesariamente idénticos a nosotros.
¿Podría el lector reflexionar sobre esto? Y a petición del Analandés, si quiere, quizá también podría dedicarle a esta reflexión diez escasos segundos, arrancándoselos a su importantísimo y breve tiempo de existencia.
El caso es que han existido diversos tipos de seres humanos, no solo en cuanto a las razas: caucásica, africana, oriental... También en cuanto a especies: Homo sapiens, Homo neanderthalensis, Homo floresiensis, Homo heidelbergiensis, Homo pekinensis, Homo erectus, Homo hábilis (y esto tan solo se refiere al registro fósil conocido). Todos ellos, todos seres humanos, pero sin embargo Hijos que no se reconocen ni son reconocidos en un mismo Dios.
Muchas religiones están por ello en completo entredicho, sobre todo aquellas que buscan un Creador inteligente o un Diseñador que planeó la Evolución (ver Ciencia y Religión, en el blog de ciencia del Analandés). Ya es absurdo aceptarlas como interpretaciones válidas del mundo. No son religiones, son solo residuos. Dogmatismos envilecidos que en su día quizá tuvieron algo que ofrecer en la búsqueda del Camino Humano, pero que ahora ya no son nada en si mismas. Ahora se trata de desviaciones egoistas que se alejan del verdadero camino humano.
La Ciencia, es el gran destructor que ha sido creado por nuestra inteligencia para diseccionar el mundo con mano presta. Es la responsable orgullosa del esclarecimiento de los falsos profetas. Aquellos que deben su estatus a sus propios intereses y que son del todo ajenos a la verdad. Pero la Ciencia también es penosamente responsable de un gran numero de errores y aberraciones, dignas todas de la mismísima Inquisición y de la peor Censura.
En su camino filosófico, el ser humano debe estar atento para no dejarse seducir por todos estos presuntos atajos, ya sean científicos o religiosos. Así podra alcanzar la verdad y evitar ser conducido eventualmente a diversas trampas intelectuales, tejedoras del ocaso para la mente y traedoras de la oscuridad para el espíritu.
El único camino verdadero para alcanzar la sabiduría es el de la Filosofía como método (el amor al conocimiento) mientras se cultiva la sabiduría como único objetivo. Mediante ciertas técnicas lógicas como la deducción y el álgebra, podemos soñar con la asimilación de las verdades que se nos muestran durante la evolución de la naturaleza. Incluso sin la necesidad aristotélica de diseccionar la naturaleza y por lo tanto tener que pervertirla en cierto modo, las filosofías pre-científicas supieron desvelar muchas grandes verdades innegables.
Dentro de la Filosofía, la ciencia (en latin scientia = conocimiento) ya no es mayúscula, si no pequeña y parcial, y por eso ha dejado de tener su significado etimológico, mutando simplemente a ser ciencia. Sin embargo como forma de evolución social y para conseguir aplicar los conocimientos humanos al desarrollo de nuestra existencia (filosofía incluida) la ciencia si es una verdadera via. No obstante es importante, sobre todo si somos científicos, que aceptemos estoicamente la incapacidad de la ciencia para mostrarnos el por qué de las verdades de este mundo. El método científico no permite saber los por qués, su dominio se centra tán solo en el análisis de los cómos.
La ciencia describe la naturaleza, pero no nos la explica. Esto merece profunda reflexión.
Explicar es una tarea propia del espíritu humano carente de significado fuera de éste. He ahí la paradoja de la Ciencia. Aunque se trate de una vía válida y sumamente poderosa, tan sólo obtenemos de ella vagas interpretaciones imperfectas que, con sumo esfuerzo, nos permiten realizar aplicaciones pragmáticas y eficientes (C. S. Peirce y W. James). Fuera de este su domino filosófico, la ciencia se confunde con una ilusión informe muy alejada de su esencial objetividad central, tornándose en una sombra dogmática y en una demagogia social más, que en definitiva no es ya ciencia si no una neo-religión sectaria.
scientia potentia est - El conocimiento es poder
¿Podríamos decir que bajo cierta nueva interpretación del mundo, la misma frase en latín ahora significaría la ciencia es el poder?
En efecto, la ciencia es potencia [creadora de conocimiento]. Y su visión errada, sería la de verla como forma de obtención de Poder mediante su uso indiscriminado.
Por su naturaleza potencialmente perversa respecto a la integridad de la evolución y de la naturaleza, la Ciencia carece de sentido espiritual más allá de aquello relativo a su aplicación. Por esta razón debemos utilizar la potencia que entraña la Ciencia para obtener resultados que compensen el uso de una fuerza tan espiritualmente oscura.
"Aquel que rompe la naturaleza de la luz, ha abandonado definitivamente el camino de la sabiduría por el de la locura"
Gandalf el Gris a Saruman el Multicolor. "El Señor de los Anillos". Mitología Tolkiana.
Si buscamos el conocimiento tan sólo en la ciencia, nos encontraremos faltos de la espiritualidad y habremos perdido el sentido de la verdad que todo hombre busca. Sea que lo reconozca o que lo oculte entre sus complejos aún no aceptados.
La Ciencia es una poderosa aliada en el camino hacia la sabiduría y el conocimiento, pero no es el único método y ni siquiera es el mejor desde el punto de vista más pragmático.
Si queremos encontrar alguna verdad en la ciencia, debemos abandonar la física y retornar al ser humano, para por lo tanto abrazar el pragmatismo. Entonces es posible aceptar como verdades aquellos conocimientos que son eficaces para mejorar nuestra vida y solamente estos. Lo que devuelve de nuevo terreno a la espiritualidad humana como juez sentenciador de la verdad, allí donde esta no puede discernirse en si misma.
El Analandés es ese filosofo prehistórico que se considera a sí mismo, a modo de niño sabio y lleno de preguntas, capaz de transformarse en un gorrión que canta gentil a la naturaleza.
Evita así el dogma científico. Utiliza la Ciencia como su principal arma en la batalla vital de la existencia humana, la cual concierne a la búsqueda del conocimiento verdadero. Tal y como Aristóteles nos enseñó y como otros pensadores perfeccionaron: Santo Tomás, Descartes, Newton, Hobbes, Bacon, Locke, Berkeley y Hume.
El Analandés rinde el dogma y vence en el conocimiento, para interpretar después el Universo filosóficamente. Habla con la naturaleza en su idioma y se convierte en ella. Adquiere su forma mediante la no forma y comprende la naturaleza del Tao, convirtíendose en un hombre de oriente y occidente, estudioso del pasado y vigía del futuro.
A la ciencia le debe la filosofía algo muy importante: El esclarecimiento de la sabiduría humana y el advenimiento de la Edad de la Iluminación, en el siglo XVII. El camino que acerca al hombre a la verdad preserveró pese a la brutal presión que ejercieron en contra los adalides conservadores, casi todas las religiones y también otros poderes fácticos de naturaleza esclavista. Afortunadamente, ahora se considera a todos estos enemigos como propios de las Edades Oscuras. Lamentablemente, todos ellos colean aún. Adoptan diversas formas y sufren constantes transmutaciones. La mayoría se encuentran cubiertas de una piel de falsa veleidad. Y Parecen no querer abandonar un mundo en el cual ya no tienen sana cabida.
¿Cual sería el nombre histórico para nuestro momento filosófico actual? El momento anterior se ha denominado por algunos la Edad de la Razón. Para el Analandés, realmente ya estamos en la Edad de los Retornos.
Por ejémplo, contemplemos el regreso triunfal de la Razón a nuestras vidas y el devenir al fin vanal de los dogmas de fe. Festejemos como retornamos cada día más hacia un mundo en el que el hombre puede pensar libremente. Vivimos en la prehistoria de una nueva humanidad: ocupamos el fin de una etapa dentro del ciclo infinito que encierra todo comienzo y toda evolución. Contingente o potencial: El camino hacia nuestro origen lo guia ahora la razón pura. Hemos roto las cadenas de nuestra esencia.
Me gustaría terminar con algo que Carl Sagan dijo una vez:
Somos polvo de estrellas.
La materia viva ha estado recorriendo la Tierra 4,500 millones de esos años de historia física del Universo. Una cantidad de tiempo del orden de la que intentamos imaginar antes. Tiempo dedicado completa y exclusivamente a la supervivencia biológica. La evolución biológica se caracteriza por poseer una memoria progamable y por funcionar mediante la potencia del ciclo de las estirpes.
Los seres humanos existimos desde hace al menos 2 millones de años. Considero que es apropiado entender como primer ser humano al primer homínido inteligente. Entonces el número de especies humanas diferentes que potencialmente hemos poblado la Tierra pasaría a ser un número atroz. Quizá de cientos o de miles de tipos distintos de primates inteligentes y no necesariamente idénticos a nosotros.
¿Podría el lector reflexionar sobre esto? Y a petición del Analandés, si quiere, quizá también podría dedicarle a esta reflexión diez escasos segundos, arrancándoselos a su importantísimo y breve tiempo de existencia.
El caso es que han existido diversos tipos de seres humanos, no solo en cuanto a las razas: caucásica, africana, oriental... También en cuanto a especies: Homo sapiens, Homo neanderthalensis, Homo floresiensis, Homo heidelbergiensis, Homo pekinensis, Homo erectus, Homo hábilis (y esto tan solo se refiere al registro fósil conocido). Todos ellos, todos seres humanos, pero sin embargo Hijos que no se reconocen ni son reconocidos en un mismo Dios.
Muchas religiones están por ello en completo entredicho, sobre todo aquellas que buscan un Creador inteligente o un Diseñador que planeó la Evolución (ver Ciencia y Religión, en el blog de ciencia del Analandés). Ya es absurdo aceptarlas como interpretaciones válidas del mundo. No son religiones, son solo residuos. Dogmatismos envilecidos que en su día quizá tuvieron algo que ofrecer en la búsqueda del Camino Humano, pero que ahora ya no son nada en si mismas. Ahora se trata de desviaciones egoistas que se alejan del verdadero camino humano.
La Ciencia, es el gran destructor que ha sido creado por nuestra inteligencia para diseccionar el mundo con mano presta. Es la responsable orgullosa del esclarecimiento de los falsos profetas. Aquellos que deben su estatus a sus propios intereses y que son del todo ajenos a la verdad. Pero la Ciencia también es penosamente responsable de un gran numero de errores y aberraciones, dignas todas de la mismísima Inquisición y de la peor Censura.
En su camino filosófico, el ser humano debe estar atento para no dejarse seducir por todos estos presuntos atajos, ya sean científicos o religiosos. Así podra alcanzar la verdad y evitar ser conducido eventualmente a diversas trampas intelectuales, tejedoras del ocaso para la mente y traedoras de la oscuridad para el espíritu.
El único camino verdadero para alcanzar la sabiduría es el de la Filosofía como método (el amor al conocimiento) mientras se cultiva la sabiduría como único objetivo. Mediante ciertas técnicas lógicas como la deducción y el álgebra, podemos soñar con la asimilación de las verdades que se nos muestran durante la evolución de la naturaleza. Incluso sin la necesidad aristotélica de diseccionar la naturaleza y por lo tanto tener que pervertirla en cierto modo, las filosofías pre-científicas supieron desvelar muchas grandes verdades innegables.
Dentro de la Filosofía, la ciencia (en latin scientia = conocimiento) ya no es mayúscula, si no pequeña y parcial, y por eso ha dejado de tener su significado etimológico, mutando simplemente a ser ciencia. Sin embargo como forma de evolución social y para conseguir aplicar los conocimientos humanos al desarrollo de nuestra existencia (filosofía incluida) la ciencia si es una verdadera via. No obstante es importante, sobre todo si somos científicos, que aceptemos estoicamente la incapacidad de la ciencia para mostrarnos el por qué de las verdades de este mundo. El método científico no permite saber los por qués, su dominio se centra tán solo en el análisis de los cómos.
La ciencia describe la naturaleza, pero no nos la explica. Esto merece profunda reflexión.
Explicar es una tarea propia del espíritu humano carente de significado fuera de éste. He ahí la paradoja de la Ciencia. Aunque se trate de una vía válida y sumamente poderosa, tan sólo obtenemos de ella vagas interpretaciones imperfectas que, con sumo esfuerzo, nos permiten realizar aplicaciones pragmáticas y eficientes (C. S. Peirce y W. James). Fuera de este su domino filosófico, la ciencia se confunde con una ilusión informe muy alejada de su esencial objetividad central, tornándose en una sombra dogmática y en una demagogia social más, que en definitiva no es ya ciencia si no una neo-religión sectaria.
scientia potentia est - El conocimiento es poder
¿Podríamos decir que bajo cierta nueva interpretación del mundo, la misma frase en latín ahora significaría la ciencia es el poder?
En efecto, la ciencia es potencia [creadora de conocimiento]. Y su visión errada, sería la de verla como forma de obtención de Poder mediante su uso indiscriminado.
Por su naturaleza potencialmente perversa respecto a la integridad de la evolución y de la naturaleza, la Ciencia carece de sentido espiritual más allá de aquello relativo a su aplicación. Por esta razón debemos utilizar la potencia que entraña la Ciencia para obtener resultados que compensen el uso de una fuerza tan espiritualmente oscura.
"Aquel que rompe la naturaleza de la luz, ha abandonado definitivamente el camino de la sabiduría por el de la locura"
Gandalf el Gris a Saruman el Multicolor. "El Señor de los Anillos". Mitología Tolkiana.
Si buscamos el conocimiento tan sólo en la ciencia, nos encontraremos faltos de la espiritualidad y habremos perdido el sentido de la verdad que todo hombre busca. Sea que lo reconozca o que lo oculte entre sus complejos aún no aceptados.
La Ciencia es una poderosa aliada en el camino hacia la sabiduría y el conocimiento, pero no es el único método y ni siquiera es el mejor desde el punto de vista más pragmático.
Si queremos encontrar alguna verdad en la ciencia, debemos abandonar la física y retornar al ser humano, para por lo tanto abrazar el pragmatismo. Entonces es posible aceptar como verdades aquellos conocimientos que son eficaces para mejorar nuestra vida y solamente estos. Lo que devuelve de nuevo terreno a la espiritualidad humana como juez sentenciador de la verdad, allí donde esta no puede discernirse en si misma.
El Analandés es ese filosofo prehistórico que se considera a sí mismo, a modo de niño sabio y lleno de preguntas, capaz de transformarse en un gorrión que canta gentil a la naturaleza.
Evita así el dogma científico. Utiliza la Ciencia como su principal arma en la batalla vital de la existencia humana, la cual concierne a la búsqueda del conocimiento verdadero. Tal y como Aristóteles nos enseñó y como otros pensadores perfeccionaron: Santo Tomás, Descartes, Newton, Hobbes, Bacon, Locke, Berkeley y Hume.
El Analandés rinde el dogma y vence en el conocimiento, para interpretar después el Universo filosóficamente. Habla con la naturaleza en su idioma y se convierte en ella. Adquiere su forma mediante la no forma y comprende la naturaleza del Tao, convirtíendose en un hombre de oriente y occidente, estudioso del pasado y vigía del futuro.
A la ciencia le debe la filosofía algo muy importante: El esclarecimiento de la sabiduría humana y el advenimiento de la Edad de la Iluminación, en el siglo XVII. El camino que acerca al hombre a la verdad preserveró pese a la brutal presión que ejercieron en contra los adalides conservadores, casi todas las religiones y también otros poderes fácticos de naturaleza esclavista. Afortunadamente, ahora se considera a todos estos enemigos como propios de las Edades Oscuras. Lamentablemente, todos ellos colean aún. Adoptan diversas formas y sufren constantes transmutaciones. La mayoría se encuentran cubiertas de una piel de falsa veleidad. Y Parecen no querer abandonar un mundo en el cual ya no tienen sana cabida.
¿Cual sería el nombre histórico para nuestro momento filosófico actual? El momento anterior se ha denominado por algunos la Edad de la Razón. Para el Analandés, realmente ya estamos en la Edad de los Retornos.
Por ejémplo, contemplemos el regreso triunfal de la Razón a nuestras vidas y el devenir al fin vanal de los dogmas de fe. Festejemos como retornamos cada día más hacia un mundo en el que el hombre puede pensar libremente. Vivimos en la prehistoria de una nueva humanidad: ocupamos el fin de una etapa dentro del ciclo infinito que encierra todo comienzo y toda evolución. Contingente o potencial: El camino hacia nuestro origen lo guia ahora la razón pura. Hemos roto las cadenas de nuestra esencia.
Me gustaría terminar con algo que Carl Sagan dijo una vez:
Somos polvo de estrellas.